martes, 26 de junio de 2012

Voice






Voice.







No sé si se me permite amarte. Comprendo que soy dueño de lo que siento, pero no quiero enfrentar las consecuencias de confesar el verdadero significado que tu nombre posee para mí.

Shim ChangMin es el primer nombre que viene a mi mente al despertar cada mañana.

Shim ChangMin es esa persona que logra hacerme conocer la felicidad con una de sus sonrisas.

Shim ChangMin es quien me ha hecho comprender que no es posible vivir aislado, sin preocuparse por alguien más.

Shim ChangMin es aquella persona que me ha hecho conocer lo que significa el no estar solo y,  a la vez,  es quien me ha hecho sentir la más inmensa y desoladora soledad. La soledad que causa el no ser correspondido.

Realmente no sé si lo que siento es algo que podrías aceptar algún día. A veces creo que es posible, pero otras me doy cuenta del inmenso abismo que separa nuestros sentimientos.

Es irónico y doloroso, pero a veces creo que el hecho de no poder pronunciar una palabra es una bendición. Tal vez el ser mudo me regala esa excusa, tal vez sigo creyendo que si jamás oigo un “Te amo” elaborado con mi propia voz podré acallar lo que siento por siempre; guardarlo y extinguirlo, como si no existiera porque tú no lo oirás, yo no lo oiré,  tú no serás consciente de esta realidad y yo me obligaré a vivir esto por mi cuenta, a vivirlo dentro de mi silencio.

Siento un peso sobre mi hombro. No es necesario que voltee para saber que esa es tu mano, sólo tú te acercas a mí lo suficiente como para tocarme.

- ¿Te hice esperar mucho? – Preguntas y me enseñas aquella expresión preocupada.

Niego de inmediato. Muevo mi cabeza de lado a lado y sonrío. La verdad no sé cuánto tiempo he esperado en aquella entrada. Lo más seguro es que mi verdadera espera sea eterna y no tiene sentido medir el tiempo dentro de una eternidad.

“Acabo de llegar” Muevo mis manos y articulo aquella frase de la única manera que puedo hacerlo, a través del lenguaje de señas.

- Que bueno, hyung – Acaricia mi cabeza y sonríe de manera melancólica. Su sonrisa es sincera, tan sincera como el dolor que refleja. – Ya es hora de que visitemos a Ha-Neul – Puedo percibir la añoranza de su voz al mencionar aquel nombre.

Él la ama. Él realmente la ama.

Caminamos juntos hasta encontrarnos frente a la lápida que nos enseña ése nombre, Kim Ha-Neul.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos Ha-Neul?, ¿Aún recuerdas a tu hermano?.

ChangMin es el nombre de esa persona a quien amo.

ChangMin es el nombre de quien alguna vez fue el esposo de mi hermana, de esa hermana que murió hace dos años en un día como este.

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